Por: Paola Tejerina
Ignacio San Emeterio estaba de director Técnico
alternativo del primer equipo de Liga Cordobesa de Instituto, le tocó dirigir
el clásico Racing vs la "Gloria", el cual no era un simple partido, y atrás tenía
su hinchada, no solamente estaban sus padres, también su hermano, ese que si
decís su nombre en el club te dicen "Si, el capitán",
"Alvarito".
El mismo que se ganó el nombre, la cinta y el reconocimiento
por su trabajo, pasión y dedicación día tras día en ese club. Álvaro no pudo
ser parte del encuentro por que una lesión lo mantiene alejado de la cancha,
pero él sabía que ese partido no era un encuentro, se jugaba el clásico en el
Sancho, cancha siempre difícil y sus compañeros caían 4 - 0 pero el en ningún
momento dejó de alentar y apoyar a sus colegas atrás del alambrado.
Estaban desde el campo "Nacho" y en las gradas
Álvaro gritando y apoyando a sus amigos, el técnico se daba vuelta y lo miraba,
es que ese el que gritaba era su hermano, que a pesar de ir cayendo en el
resultado nunca dejó de alentar al plantel. El DT en todo el momento se sintió apoyado por
sus dirigidos, cada jugador que salía lo miraba como pidiendo perdón por el
resultado, nadie mejor que él los conocía, si cuantas veces los habrá visto en
su casa festejando el cumpleaños de su hermano o simplemente viéndolos compartir
un almuerzo o cena, pasando un buen rato.
El resultado no acompañó en esa tarde donde toda la familia
se hizo presente en el estadio, pero "Nacho" sabía que a la salida de
vestuarios, lo esperaba el abrazo de su hermano, el beso de la mamá y la
sonrisa de su papá. El padre de los hermanos San Emeterio a finales del 2018,
la salud le jugó una mala pasada, estuvo un tiempo internado bajo el cuidado de
sus hijos y esposa, amor y cariño nunca le faltó, más allá de los médicos, medicamentos y
tratamiento hayan ayudado a que todo hoy este mejorando. El mejor remedio fue
tener a toda su familia junto a él, cuidando de cada paso que daba, que día
tras día lo acompañaban en este largo tratamiento, si no hay mejor cura que el
amor más puro y sincero de la familia.
Está periodista quien les cuenta está historia se acercó al
verlo a la tribuna y le pregunto a quién
apoyaba, pensando que era de la "Akade" o familiar de un jugador local, porque estaba en la
zona de Racing y Álvaro respondió, lleno de orgullo "Es mi papá",
sólo llegue a mirarlo y observar su mirada, mirada llena de admiración al
hablar de su padre. A el nada lo impidió ir a ver a sus hijos como más de una
vez debe haber ido orgullo a sentarse en la tribuna y decir ese es MI HIJO por
Álvaro y Nacho, inflando el pecho y con los ojos lleno de lágrima. Hoy los que
lo miran lleno de felicidad y admiración son ellos, si su papá es su IDOLO, su
Héroe, su EJEMPLO en la vida.