Que jugador no sueña con saltar de
jugar Liga Cordobesa, a ser profesional, vivir de lo que ama, de lo que desea
desde pequeño.
Por: Paoo Tejerina
Cumplir la meta implica muchas cosas, dejar la casa, ya no
compartir los mates de la mañana con la vieja, olvidarse que los domingos son
de padre e hijo, sentados viendo partidos desde la mañana con la Premier y la
liga de España, hasta el último partido de Superliga a sentarse solo en un
sillón sin tener alguien con quien analizar los encuentros. De pasar una
Navidad lejos de tuyos, cambiar el abrazo de año nuevo por una vídeo llamada,
con el nudo en el pecho, aguantado las ganas de llorar y decir los extraño.
¿Quién dice que ser jugador de
fútbol es fácil?, pocos entienden lo que es dejar de pasar los fines de semana
con la familia para ir a concentrar, jugar o entrenar. Pero el sueño puede más.
Ángel Lozano es uno de esos que resigno todo por ir atrás de sus sueños, nada
fue fácil para él, pibe bien familiero, acostumbrado a estar siempre rodeado de
su familia desde pequeño.
El delantero de Amsurrbac tiene
síndrome de Tourette y es embajador en el país de la enfermedad. Para el eso no
fue un impedimento para jugar, es más fue su cura, entrar a una cancha todos
los fin de semana lo ayudaron más que cualquier terapia, es verdad lo que dicen
que los jugadores son felices cuando tienen una pelota en los pies.
Además Ángel trabaja de modelo y
en un emprendimiento familiar, fue el blanco de muchos roces en la cancha por
su trabajó, muchos rivales lo molestaban por eso, pero él jamás respondió y eso
generaba más fastidió a sus contrarios, con el tiempo se supo ganar el respeto
de algunos de esos que muchas veces le dijeron de todo en la cancha, por
aguantar algún codazo, patadita de más o algún insulto subido de tono.
En diciembre del 2019 recibió un
llamado para que se presentará en Estados Unidos a realizar unas pruebas, el
delantero entrenó en la nieve, a muy bajas temperaturas, se tuvo que
acostumbrar rápidamente al cambio de horario, distintas costumbres,
alimentación, idioma el cual no es fácil para nadie, pero él supo defenderse.
Buenas críticas en las pruebas siempre tuvo, demostró que la Liga Cordobesa
siempre fue su mejor escuela, que la garra y pasión siempre tiene que estar.
El "gringo" como lo
llaman sus compañeros dejó a Córdoba bien representada, por cuestiones de
papeles, el pase no se pudo cerrar, pero dejó abiertas puertas, demostrando que
en el fútbol de Córdoba y en Liga Cordobesa están los mejores jugadores, esos
que día a día sueñan y alimentan la ilusión de vivir de esta gran pasión. Ahora
vuelve a ser el delantero de Héctor Chazarreta con nuevas experiencias, mañas y
con más hambre de gloria que nunca.
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