¿Hasta cuándo vamos a tener que escribir hechos de violencia?

El sábado 22 de septiembre, en una nueva fecha de LCF, se disputó el encuentro entre Universitario y Deportivo Atalaya en cancha de Barrio Parque. Cuando el partido estaba llegando a su fin, con la victoria de Atalaya por 4 a 2, tuvo que ser suspendido porque nuevamente los disturbios y los hechos de violencia se hicieron presente.

Faltando minutos para el cierre del juego Marcelo Santillán, jugador de Atalaya, fue expulsado del campo de juego. Como dicta el reglamento el jugador procedió a retirarse de la cancha para dirigirse al vestuario; cuando Santillán llegó se cruzó con la parcialidad local, que nada tenía que hacer en esa zona, y empezaron las corridas.

Un violento (por el uso del gas pimienta) y rápido accionar de la policía evitó que el resto de la gente de Atalaya pudiera intervenir en el conflicto.

Pero en la zona de los vestuarios ya se estaba produciendo el enfrentamiento entre la parcialidad de la “U” con la parcialidad de Atalaya, golpes, gritos y vidrios rotos son los sonidos que se pudieron retener. Una ola de jugadores que intentaba calmar el ambiente desde adentro de la cancha y un árbitro que llamaba al resto a tranquilizar y reunir a sus compañeros para que la policía pudiera disipar los hechos.

Una vez más nuestra Liga se vio empañada por este tipo de hechos y hoy decimos “por suerte no pasó a mayores”.

Ahora nos preguntamos ¿hasta cuándo vamos a tener que seguir presenciando la violencia? ¿hasta cuándo los hinchas van a seguir perjudicando a sus clubes? ¿hasta cuándo los demás van a seguir pagando los platos rotos? Porque esta vez el Club Barrio Parque se vio afectado por las condiciones en que quedaron los vestuarios, con vidrios rotos y maltrato hacia sus instalaciones.

Con este escrito no tenemos la intención de echar culpas, solo queremos que de una buena vez nos concienticemos que este tipo de hechos solo perjudican a nuestro fútbol, a nuestros clubes, a nuestra gente que lo da todo para poder ir con su familia a ver a su hijo, a su hija, a su hermano o hermana.  

Por eso decidimos contarte lo que vivimos esperando que reflexiones con nosotros. No queremos más este tipo de hechos en nuestra Liga. No queremos tener que salir corriendo en busca de protección porque pareciera que arranca una guerra bruta. No queremos que nuestros niños presencien los golpes, no queremos ese tipo de ejemplos para nuestro futuro.

Repudiamos este y todos los tipos de actos de violencia que ensucian nuestro fútbol.

Queremos un fútbol en paz y sano para disfrutarlo como lo que es, simplemente un juego que acaba cuando el arbitro pita el final a los 90 minutos.

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