Por: Ana María Santa Cruz.
Edición: Cindy Vera.
-¿Cuántos años estuvo
dentro de las canchas?
“Comencé a los 17 años, así que son 28 años que he arbitrado. Colgué
el silbato a los 46 años, aunque es una pasión que no termina nunca”.
-Viajó y conoció muchas
canchas, ¿tiene algún recuerdo inolvidable?
“Recuerdos imborrables tengo muchos. Instituto vs. Talleres en el Kempes, Atlético Tucumán vs Ben Hur de
Rafaela con 25.000 espectadores, una verdadera fiesta del fútbol. Un partido de vuelta muy decisivo Club
Atlético Paraná vs Real Arrollo Seco (Sta. Fe), donde Paraná debía ganar si o
si por diferencia de 3 goles, te imaginaras los nervios y lo que significo ese
partido, muy complicado, tuvo de todo. Hasta 200 personas dentro del campo de
juego, la policía no dio abasto. El partido se termina suspendiendo, pero
cuando empieza el conflicto a Julio Quinteros mi asistente en ese partido, le
pega un ladrillo y me grita: “No pares, seguí seguí”, él calculaba que si
paraba se complicaría más. Seguí, pero nunca lo pudimos terminar, su sacrificio
fue un poquito en vano (risas)”.
“DEBEMOS ESTAR PREPARADOS PSICOLÓGICA y FÍSICAMENTE, PARA QUE LA PRESIÓN NO INFLUYA, UN MAL PARTIDO PODEMOS TENER, PERO SI FUIMOS JUSTOS SERA UNA SIMPLE ANÉCDOTA”
¿Es fácil ser árbitro?
“En tantos años he vivido y visto tantas cosas, no es nada fácil, le
quita horas a la familia, no hay fin de semana, ni cumpleaños entre dirigir y
viajar. Si no están preparados se sufre, por eso muchos dejan, porque se
extraña. Lo que yo sabía decirles a los jóvenes que entraban a la asociación
era que no importa si es lunes, martes jueves o viernes, lleven a sus novias a
cenar. Trátenla como reina cualquier día de la semana, que ella no esté
esperando el finde porque no estarán nunca, pero que sepa que es especial para
ustedes”.
¿Por qué el árbitro
termina siendo el malo del partido?
(Risas) “Creo que no somos los malos, solo nos hacen responsables.
Somos los buenos, pero no somos reconocidos. El árbitro educa mediante una
sanción, tienen que aprender. Obviamente primero se avisa, se hace notar el
error, si se calma la persona no vera la pena máxima, ósea la tarjeta roja y
significará que entendió porque se le llamo la atención. Somos los que
conducimos el juego, debemos estar fríos”.
Muchos socios de la
cooperativa han dicho que usted es muy leal a sus principios y que han aprendido
ciertas cosas que no olvidaran, es un referente en la cancha. ¿Qué siente al
saber eso?
”Aún cuando puedo voy a La Coope y recibo mucho cariño, algunos solo
me conocen por las historias que otros cuentan. Es muy gratificante, alimenta
humildemente mi ego. Si me recuerdan bien, el corazón se me agranda, porque
siempre disfruté todo lo que viví, me considero un buen compañero, y siempre
preferí hacer el tercer tiempo, así comentábamos mas relajados como estuvo el
partido, aciertos y errores y que cambiaríamos para un próximo encuentro”.
“EL ÁRBITRO ES EL MEDIADOR, ENTRE DOS EQUIPOS, SOMOS JUECES”
Con tantos años en el
arbitraje, ¿ha notado cambios?
“No sé si realmente ha habido cambios suficientes, pero si hay
modificaciones en el reglamento. Me parece que haría falta más del fútbol
femenino, porque hay muy buenas arbitras. Yo tuve el placer de dirigir y
tenerlas a varias de ellas, excelentes asistentes, muy profesionales. Para mi varias están a la altura para ser
arbitras principales y dirigir Primera”.
¿Cómo fue tomar la
decisión de dejar de arbitrar?
“En realidad no me costó tanto. En cierto momento de mi vida me di
cuenta que no rendía al 100%, debido a una lesión, por lo que tomé la decisión
de dar un paso al costado. Yo viví y disfruté todo lo que pude, pero tuve una
ayudita extra, para no extrañar y volverme loco (risas). Encontré un nuevo amor
años anteriores, de esa forma fue más llevadero. Cambie de pasión, pero nunca
se olvida el primer amor. El arbitraje era, es y será mi gran amor”.
¿Cuál es su nueva pasión?
“El tango, hace 10 años acompañe a bailar y me gusto. Hoy es mi
pasión y me ayudo a ir dejando el arbitraje sin extrañar tanto. Es tan lindo,
es la oportunidad de juntar todos los sentimientos, esos que te recorren el
alma y poder bailar abrazados y conectados con otra persona. Cuesta al principio lograr ese placer
supremo, pero cuando llega no te deja más. Es cómo descubrir una fuente de
energía inagotable”.
¿Qué significa Cafucc para
usted?
“Desde que empezamos allá por el año 1994 con un grupo de árbitros
“rebeldes”, treinta para ser exactos, entre jóvenes y veteranos te puedo decir
que Cafucc es mi hogar. Pasábamos muchas horas en La Coope, siempre
encontrábamos una excusa como asados, viajes, clases, momentos maravillosos,
ser árbitros es una elección.
“CAFUCC ES LA CASA DEL ARBITRAJE DE CÓRDOBA. ES MI CASA Y MIS COMPAÑEROS HAN SIDO Y SON MI FAMILIA”
¿Tiene algún mensaje para
dejarle a los nuevos árbitros?
“Amen el arbitraje, sean apasionados, serios y responsables. Es un
juego para disfrutar, pero deben ser justos. Y para establecer justicia hay que
estudiar, estar atentos y trabajar en equipo”.
“SE VAN A EQUIVOCAR, PERO QUE SEA DE BUENA FE; Y PARA ESO HAY QUE ESTAR PREPARADOS. HAY QUE ENTRENAR, ESTUDIAR, CAPACITARSE, PERO SOBRE TODO AMEN Y TENGAN PASIÓN POR ESTA PROFESIÓN”.
Cooperativa de Árbitros de Fútbol de Córdoba Capital
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