MÁS DE DOS DECADAS EN EL ARCO

Se crió entre caballos, no hizo inferiores y debutó en la Primera de la Liga Cordobesa el 15 de mayo de 1999 ya con 19 años. Así comienza la historia de Sebastián Rodríguez y su amor por el arco. Veintiún años después sigue con los guantes puestos, y ahora regresó a defender los tres palos de Los Andes, el club donde tuvo su estreno. Entra y lee la nota completa que le dio Seba a Cronómetro en Cero.

Por: Florencia Ferreyra.



-¿Venís de una familia futbolera? ¿Cómo surgió lo de ser arquero?
“¡Para nada! (risas). Fue muy raro, me crié entre caballos en el campo, mis tíos eran domadores de Jesús María. No había Internet, ni tele, solo una radio que se escuchaba lo justo y lo necesario para no gastarle las pilas (risas). Pero yo de chico le decía a mi abuelo que iba a ser arquero, debe ser que nació de adentro mío.”

-¿Cómo entrenabas?
“No, de chico no jugaba ni nada. Cuando empecé el colegio recién comencé a jugar en los recreos y eso. A los doce años más o menos arranqué básquet, jugué dos años y luego dejé. Después empecé a jugar en el barrio hasta que me buscaron de Barrio Chino para jugar los sábados por plata.”

-¿A qué edad debutaste y en qué club?
“A los 19 años en Club Atlético Los Andes, nunca hice inferiores. Llegué al club a probarme y a las dos semanas debuté.”

-¿Por cuáles clubes pasaste?
“Los Andes, Avellaneda y San Lorenzo.”

-¿Te acordás que director técnico te hizo debutar?
“Si, Ismael Cabrera fue quien me hizo debutar.”

-¿Volviste a Los Andes para retirarte?
“Tenía muchas ganas de volver porque soy hincha, aunque me costó mucho tomar la decisión de irme de San Lorenzo, por todo el tiempo que jugué ahí. No pienso en el retiro, aunque sé que puede ser en cualquier momento, mañana o en cinco años, eso no lo sé.”

-¿Tenés alguna meta con Los Andes?
“El objetivo, hasta que vino todo este tema, era -o es- ascender. Creo que la meta de todos los clubes es ascender, pero siempre tenés que empezar por algo. Me parece que nosotros habíamos logrado una buena conexión con el cuerpo técnico que trabaja muy bien y seriamente, y como grupo fuimos de menor a mayor, consolidándonos como un equipo bárbaro. Llegamos a ese jueves, antes de la primera fecha y antes de la cuarentena, diez puntos como grupo, y eso era muy bueno para el objetivo y para todos.”

-San Lorenzo te dio la dicha de participar en un Federal ¿eso cambió algo en vos como arquero?
“Lo del Federal fue muy lindo. Como arquero creo que no, si lo disfruté mucho por cómo se dio todo, como clasificamos. Fue un premio hermoso para todo el grupo, los que veníamos hace mucho tiempo jugando juntos, y más los chicos de inferiores que se fueron adaptando y que se fueron incorporando al plantel. La verdad fue una recompensa muy linda porque para San Lorenzo generalmente, el objetivo no es ese, sino mantenerse, y bueno se dio todo.”


-Hace 21 años estas en la Liga, debés tener muchas anécdotas, ¿cuál es la que recordás siempre?
“Si, la verdad que muchas. Una que me acuerdo siempre es del 2008. Ascendí con San Lorenzo en 2007, y en 2008 ellos me compraron el pase que era de Los Andes, pero en la segunda fecha el técnico de ese momento decidió sacarme y quedé colgadísimo. No sabía qué hacer. A todo esto yo estaba entrando en Los Andes a principio de año y justo había una Copa Córdoba, y me había inscripto en la lista de buena fe.”
Un martes salí de entrenar de San Lorenzo, embolado porque no jugaba, y Los Andes había llegado a la semifinal de la Copa y jugaban con Belgrano en la cancha de General Paz Juniors. Después de un entrenamiento mientras estaba tomando una coca con los chicos, me llama Carlos Toledo, que era el técnico de Los Andes, preguntándome si yo no podía ir a jugar ese partido porque el arquero, Toti Díaz, no podía ir porque trabajaba. Había ido dos minutos antes con los guantes viejos, con los botines rotos, llegué y entré a jugar directamente porque no pude hacer ni la entrada en calor. Era la semifinal y pasó de todo. Íbamos ganando 1 a 0 y vino a cabecear el arquero de Belgrano. Después tiro el centro yo, le pegué al arco derechito, pasó y picó. A su vez Dinovo Peralta, que era el delantero, empezó a correr y cuando la pelota entraba al arco vino Peralta y la tocó. Le cobraron offside y me frustró el gol de arco a arco. A la salida de esa jugada, penal para Belgrano y nos empatan a los cincuenta minutos. Vamos a penales y atajé dos. Pasamos a la final y ya no jugué porque volvió el otro arquero.”



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